miércoles, 12 de diciembre de 2012
Este libro me ha llevado a reflexionar acercar del andar en sí, esa acción que realizamos continuamente y a la que no le prestamos importancia. El libro nos incita a andar sin rumbo observando todo lo que nos rodea, observando los pequeños detalles, realizando grandes descubrimientos.
El azar, la casualidad, es lo que nos acompaña en este viaje, como los niños que llevan a cabo el walkabout mencionados en el libro. Porque el fin no justifica los medios. Siempre estamos condicionados a caminar con un fin, y no por el mero hecho de andar, de encontrar el fin en este acción, dejémonos llevar por sensaciones, por el azar, simplemente por intuición.
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