Cada casa es un mundo y no porque sean creaciones distintas del arquitecto, que también, sino porque cada familia y en ella cada individuo, la usa a su manera, según su punto de vista, según sus necesidades, quizás un armario para un niño es un castillo y la cama un campo de batalla y para los padres simplemente son un mueble de almacenaje y un objeto para descansar. Por eso se extrae del libro, que el arquitecto no sólo debe tener en cuenta su punto de vista, sino el de todos los que vayan a convivir en el habitáculo, haciendo usos diferentes de cada parte de la casa. Nuevos espacios para nuevas necesidades.
Otra de las ideas que refleja el libro es la importancia de la cocina, dice que cada vez cobra más importancia pero que queda relegada al servicio. Cada uno se hace sus cosas, el bricolaje es importante,
el Do it yourself se extiende y se adapta a sus propias necesidades.
En definitiva, el arquitecto debe saber organizarse, si sabe hacerlo no atormentará al usuario con su obra.
Con esta pintura de Pilar Martin Luis he querido representar cada espacio personal, como cada uno lo monta a su estilo y necesidad, teniendo en cuenta su pasado, su estilo, su presente y su futuro.