Con las cuatro imágenes anteriores podemos observar dos
atmósferas opuestas; una, que nos genera una sensación fría del ser humano, y
otra, que nos traslada a un mundo fantástico. En primer lugar, con respecto a la cárcel es un lugar tenebroso, escalofriante,
angustioso; donde el chirrido de las rejas, los pasos de los carceleros, los
pasillos, son el caldo de cultivo de la atmósfera de la cárcel. Frente al
desasosiego nos encontramos ahora con una sensación de tranquilidad, provocada
por las imágenes de Venecia, trasladando a un mundo fantástico, imaginario, de
cuento, de esplendor y de una gran belleza, generado por los canales, las
gongoras, el atardecer en una de ellas, la vegetación.
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