En esta imagen podemos observar un claro ejemplo de atmósfera, la cual hemos descubierto que está íntimamente ligada con los sentidos. Podemos apreciar los colores y las texturas del mármol y su consonancia con la estatua o con el agua, así como los reflejos que en ésta se crean. El agua en calma transmite una atmósfera de tranquilidad y la luz entrante crea efectos en el vidrio y el acero. Además el acero transmite una sensación de frío, mientras que la espesura del árbol al fondo nos recuerda a un bosque. El pasillo nos guía en una dirección al mismo tiempo que nos da libertad para movernos por donde queramos. En cuanto a la atmósfera desde un punto de vista subjetivo decir que este espacio crea una atmósfera todavía mayor en mí al tratarse de una obra previamente conocida del arquitecto Mies van der Rohe. Por supuesto se reconoce la forma bella del conjunto que hace que el edificio nos conmueva y cree una primera impresión favorable en nosotros.
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